Encontré el enlace a una vieja página que llevaba hace años, mucho antes que este blog. Allí todavía sobrevivía este texto que escribí sobre la soledad. Lo curioso es que para esa época no había descubierto que era Asperger, o que tenía el Síndrome de Asperger, pero ya sentía sus características en todo mi ser.
No le he hecho muchas correcciones porque para mí ha sido un reencuentro con migo misma, con la que era en el pasado cuando trataba de sobrevivir sin saber exactamente a qué... Le tengo cariño a mi yo en esa época... Bueno, aquí les dejo el texto.
¡Palabra terrible...!
¿Acaso hay algo a lo que le temamos más?...
Somos capaces de vendernos a cualquier corazón caprichoso por liberarnos de la soledad...
Diluimos nuestro yo en cientos de tú para no sentirnos solos, perdiéndonos a nosotros mismos sin darnos cuenta.
Soledad...
¿Quién eres tú?...
Soledad...
¿Por qué te tememos tanto?...
El día en que te miré a la cara descubrí mi propio rostro..
El día en que busqué tu origen descubrí mi propio corazón...
El día en que tomé tu mano y dije "te acepto" dejaste de asfixiarme...
Ya no te temo, soledad.
No te temo porque no soy una persona sola.
Soy una persona, ¡y una persona es un universo...!
Ya no te odio, soledad... te comprendo.
Eres innata a mi condición de única, a mi estado natural de individuo.
Ya no necesito suplicar que aparezca alguien que te aleje de mí... ¡sé convivir contigo!.
Y gracias a eso... ¡al fin sé convivir con los demás!
Al fin soy un Yo.
No soy más un reflejo de las expectativas de miles de Tú... soy yo... yo misma.
Autónoma y capaz.
Individuo y camarada.
Una en medio de todos, que no necesita dejar de ser ella para vivir con otros...
Al fin lo he entendido:
El problema no es estar sola o acompañada...
El problema es saber estar conmigo misma...
El problema es no saber ser yo...
Ya que sin un Yo nunca habrá un Tú.
Sin un yo, desde el que nazca una telaraña de lazos hacia cientos de Tú,
¿cómo dejaré de sentir esa ausencia, ese vacío que llamamos soledad?...
No le he hecho muchas correcciones porque para mí ha sido un reencuentro con migo misma, con la que era en el pasado cuando trataba de sobrevivir sin saber exactamente a qué... Le tengo cariño a mi yo en esa época... Bueno, aquí les dejo el texto.
Soledad....
¡Palabra terrible...!
¿Acaso hay algo a lo que le temamos más?...
Somos capaces de vendernos a cualquier corazón caprichoso por liberarnos de la soledad...
Diluimos nuestro yo en cientos de tú para no sentirnos solos, perdiéndonos a nosotros mismos sin darnos cuenta.
Soledad...
¿Quién eres tú?...
Soledad...
¿Por qué te tememos tanto?...
El día en que te miré a la cara descubrí mi propio rostro..
El día en que busqué tu origen descubrí mi propio corazón...
El día en que tomé tu mano y dije "te acepto" dejaste de asfixiarme...
Ya no te temo, soledad.
No te temo porque no soy una persona sola.
Soy una persona, ¡y una persona es un universo...!
Ya no te odio, soledad... te comprendo.
Eres innata a mi condición de única, a mi estado natural de individuo.
Ya no necesito suplicar que aparezca alguien que te aleje de mí... ¡sé convivir contigo!.
Y gracias a eso... ¡al fin sé convivir con los demás!
Al fin soy un Yo.
No soy más un reflejo de las expectativas de miles de Tú... soy yo... yo misma.
Autónoma y capaz.
Individuo y camarada.
Una en medio de todos, que no necesita dejar de ser ella para vivir con otros...
Al fin lo he entendido:
El problema no es estar sola o acompañada...
El problema es saber estar conmigo misma...
El problema es no saber ser yo...
Ya que sin un Yo nunca habrá un Tú.
Sin un yo, desde el que nazca una telaraña de lazos hacia cientos de Tú,
¿cómo dejaré de sentir esa ausencia, ese vacío que llamamos soledad?...
Unas sabias palabras... Tan ciertas como que, en todo, si no nos aceptamos tal y como somos y que la soledad es un estado tan valioso como los demás, estamos condenados al fracaso.
ResponderEliminarÁnimo y un beso.
Muchas gracias!
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