Hace poco visité una librería nueva y terminé comprando este libro que tenía en la mira desde hace unos años.
"Durante la infancia, el dibujo es casi siempre un vehiculo espontaneo para la expresion de la creatividad y la fantasia, un placer en si mismo que nos ayuda a la exploracion del mundo. Pero, a medida que crecemos, empezamos a buscar en los demas la aprobacion, el reconocimiento del talento. Y es entonces, al volver la vista al exterior, cuando nos olvidamos de que el dibujo es, basicamente, una expresion interior capaz de proporcionarnos grandes satisfacciones, en El placer de dibujar, Nick Meglin, en colaboracion con su hija, nos ofrece las claves para:
- Disfrutar con la creacion de bocetos espontaneos.
- Encontrar y potenciar nuestro estilo, que es unico.
- Captar, a traves de nuestros trabajos, emociones, sentimientos y sensaciones fisicas.
- Enfrentarnos a las criticas externas e internas y dibujar por el mero placer de hacerlo.
A partir de catorce ejercicios practicos, El placer de dibujar vuelve a conectarnos con unas habilidades y unos sentimientos que en muchos casos estaban dormidos en el pozo inagotable de nuestra creatividad.
Desde hace unos años he estado teniendo problemas para dedicarme al dibujo, trabas psicológicas como un condenado perfeccionismo que mata toda espontaneidad y me frustra con cada trazo; y una traba física como el Síndrome del Túnel Carpiano (se me queda la mano paralizada, cada media hora debo hacer ejercicios de estiramiento).
Espero que tanto la lectura como las tareas que el libro plantea me ayuden a liberar el artista en mí... sé bien que no soy una dibujante genial pero también sé que dibujar es parte de quien yo soy y que me hace feliz.
Por lo pronto decidí formar un club de arte en el colegio e incluir a los niños más problemáticos en él, porque estoy convencida de que ¡el arte humaniza!
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